Los Babilonios vivieron en Mesopotamia, en unos claros de
tierras fértiles entre los ríos Tigris y Éufrates, hacia finales del milenio IV
antes de Cristo.
Desarrollaron una forma abstracta de escritura basada en
símbolos cuneiformes. Sus símbolos fueron escritos en tablas de arcilla mojada
cocidas al sol. Miles de estas tablillas han sobrevivido hasta
nuestros días. Gracias a ello, se ha podido conocer, entre otras cosas, gran
parte de las matemáticas babilónicas. El uso de una arcilla blanda condujo a la
utilización de símbolos cuneiformes sin líneas curvas porque no podían ser
dibujadas.
El aspecto más asombroso de las habilidades de los
cálculos de los Babilonios fue su construcción de tablas para ayudar a
calcular.
De las tablillas babilónicas, unas 300 se relacionan con
las matemáticas, unas 200 son tablas de varios tipos: de multiplicar, de
recíprocos, de cuadrados, de cubos, etc. Los problemas que se planteaban eran
sobre cuentas diarias, contratos, préstamos de interés simple y
compuesto. En geometría conocían el Teorema
de Pitágoras y las propiedades de los triángulos semejantes; en
álgebra hay problemas de segundo , tercero e incluso de cuarto grado. También
resolvían sistemas de ecuaciones.
Los Babilonios fueron los pioneros en el sistema de medición del tiempo; introdujeron el sistema sexagesimal y lo hicieron dividiendo el día en 24 horas, cada hora en 60 minutos y cada minuto en 60 segundos. Esta forma de contar ha sobrevivido hasta nuestros días.
El sistema de numeración Babilónico tuvo una gran desventaja debido a la falta de un cero. Para poder interpretar números en los que se hallaba el cero, como el 3601, debía guiarse según el contexto en que éste se encontraba.
Los Babilonios fueron los pioneros en el sistema de medición del tiempo; introdujeron el sistema sexagesimal y lo hicieron dividiendo el día en 24 horas, cada hora en 60 minutos y cada minuto en 60 segundos. Esta forma de contar ha sobrevivido hasta nuestros días.
El sistema de numeración Babilónico tuvo una gran desventaja debido a la falta de un cero. Para poder interpretar números en los que se hallaba el cero, como el 3601, debía guiarse según el contexto en que éste se encontraba.
Los Babilonios usaban la siguiente fórmula para
hacer la multiplicación más fácil, puesto que no tenían tablas de multiplicar.
Aún mejor es la fórmula:
Un ejemplo numérico es:
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Los Babilonios tenían una tabla en la que se hallaban
escritos todos los cuadrados necesarios para multiplicar.
La división fue para los Babilonios un proceso más
difícil. No tuvieron un algoritmo para la división larga; se basaban en que
de modo que fue necesaria una tabla de números
recíprocos.
En la actualidad aún se conservan estas tablas, con
números recíprocos mayores que varios miles de millones. Las tablas en su
notación numérica (que se han traducido a nuestra notación) tienen como base
60.
"4 es la largura y 5 la diagonal. ¿Qué es la
anchura? Su tamaño
no es conocido. 4 veces 4 es 16.5 veces 5 es 25. Si se toma 16 de
25 queda 9. ¿Cuántas veces tomaré en orden a 9? 3 veces 3 es 9.
3 es la anchura"
no es conocido. 4 veces 4 es 16.5 veces 5 es 25. Si se toma 16 de
25 queda 9. ¿Cuántas veces tomaré en orden a 9? 3 veces 3 es 9.
3 es la anchura"
Este problema de los Babilonios se basa en el teorema de Pitágoras porque:
Los babilonios tenían diversos métodos de repetición para
encontrar la raíz cuadrada de un número aunque estos métodos eran muy
complejos.
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